La Interculturalidad en la Provincia de Limón

La Interculturalidad en nuestra provincia, no es una política o una estrategia, es nuestra vida cotidiana, en donde todas las culturas que están presentes interactuan, comparten e intercambian sus costumbres.
Licdo. Oscar Mora Chinchilla

Cultura Indígena

La Etnia Cabecar

La etnia Cabécar es la más grande de las 8 etnias indígenas de Costa Rica que, según el censo más reciente, cuenta con aproximadamente 10,175 miembros (censo de 2000)
entre todas las reservas Cabécar de Costa Rica y específicamente en la Reserva Chirripó-Duchí hay aproximadamente 4,701 habitantes – la concentración más grande para esta etnia.
Como otros grupos indígenas de Costa Rica, los Bribri, los Brunka, los Ngöbe y los Maleku por ejemplo, los Cabécar hablan un idioma que se clasifica bajo la familia lingüística Chibcha. A diferencia de otros grupos indígenas del territorio nacional, el idioma Cabécar se habla extensamente y no está en peligro de desaparecer.
La morada de los Cabécar se sitúa por lo largo de la Cordillera de Talamanca, siendo el lugar que se llama San José Cabécar, sobre el curso medio del Río Telire en la vertiente caribeña, la cuna, en el espacio y tiempo, de este pueblo indígena. Hoy día los Cabécar viven también en la vertiente del Pacífico. Los Cabécar todavía tienen vigente un sistema de clanes cuya descendencia es matriarcal, unos ejemplos de estos son: el Clan Kabewak (Grupo Quetzal), Clan Tsiruruwak (Grupo Cacao), Clan kjolpanewak (Grupo Guarumo), etc.
Cosmovisión
Por cosmovisión se entiende la forma particular de interpretar los fenómenos del universo y las realidades de vida del hombre, que cada cultura genera y tiene para dar respuesta a su mundo, al vivir diario. En el caso de la filosofía cabécar - y de hecho, la filosofía tradicional indígena costarricense en general - la cosmovisión es la manera de entender la vida y la existencia conforme a la relación filosófica, naturaleza-hombre-universo, manifestado en la literatura oral. Donde el hombre es parte ni más ni menos importante en todo el universo dinámico y cambiante, en el que actúa interdependientemente de los demás elementos que coexisten con él.
La importancia de la oralidad, como un método de educación gira entorno del lenguaje que a la vez trasmite la cosmovisión, El Siwá (Sabidurías, filosofía) pensamiento de los pueblos originarios de Costa Rica han desarrollado a través del tiempo manifestación espiritual guiada mediante el lenguaje sacro utilizado por los Jawápa (los sabios). Otro aspecto interesante son los bosques y los animales que sirven de elemento importante para la inspiración del hombre que vive allí, donde escuchan el susurro y el murmullo de las aguas y las voces milenarias de los abuelos y abuelas guiando a sus hijos e hijas. El Siwá, parte y esencia de la cosmovisión, estipula y contempla que los humanos, las plantas, y los animales son una unidad indivisible por excelencia, sublime, centrado en la importancia de cada uno de los elementos existentes en la naturaleza; y a cada uno de estos elementos se les debe crear explicación, por eso motivo se han creado cantos sacros, danzas, concentración espiritual, conocimiento acerca de la importancia de las fases de la luna, medio ó guía para utilizar los recursos naturales de nuestro medio.
Todas las narraciones orales rescata y toman en cuenta la importancia de los espacios físicos como lugares sagrados, las cataratas, las aguas termales, altas montañas, plantas, nubes, astros, biodiversidad social y cultural, todo un arquetipo complejo de estructura, del cual formamos parte en forma indivisible. La cosmovisión es patrimonio de la humanidad, es un proceso de aprendizaje continuo acerca de la Moral y la Ética, fuente vital de la pedagogía. La literatura oral es un método por el cual se orienta a los miembros de la sociedad, creando normas y reglas para el bien común. Aún así los indígenas mantienen su identidad junto con el lenguaje, cuyo legado hoy conocemos en una pequeña parte de la herencia milenaria de nuestros ancestros.
Sibö es, entre los Talamanqueños (los Cabécar y Bribri), el Ser Supremo, el “Gran Espiritu”, omnipotente y omnipresente. Es él quien representa el principio del bien, se le respeta, pero no se le teme, no se le adora, ni se le rinde culto alguno, se le considera como jefe del país feliz, del estado futuro. Es considerado más bien como una figura mítica, en sus aspectos básicos de Gran Creador y Gran Civilizador indígena. Sibö hace nacer al hombre de semillas, de granos de maíz, que siembra en la tierra formada por el excremento de un murciélago que se alimenta de la sangre de un pequeño jaguar, o de un niño. Como civilizador, Sibö enseñó a la gente a hacer todo, hablando con todo los pueblos, porque sabía sus lenguas. Realiza el ordenamiento social, escogiendo los clanes de donde deberían salir los diferentes chamanes (Jawapa y usékeres).
Según la cosmología tradicional, el mundo está gobernado por espíritus buenos, malos y perversos, principios divinos para los cuales no se tienen representaciones materiales, seres caprichosos y poco tratables, a quienes no se les teme, pero se les respeta. Tanto los espíritus buenos Sulá, como los espíritus malos Be, habitan las partes menos frecuentadas de la selva: las fuentes, las cuevas y los picos aislados de las altas montañas, a veces son invisibles, otras aparecen bajo la forma de animales tales como dantas, serpientes y otros.
Los espíritus de las enfermedades ocupan también una posición muy destacada en la mentalidad cabécar. Los dueños o los protectores espirituales de los animales, o los animales mismos envían las enfermedades. Sólo el Jawá conoce su nombre y es por eso un secreto para ellos. Un grupo importante de espíritus, o fuentes de poder, es el que se relaciona con los lugares. Algunos consideran que tienen las mismas costumbres que los humanos y causan la muerte a cualquiera que trate de acercarse a sus dominios. A su debido tiempo y a fin de prevenir las peligrosas consecuencias de una contaminación, todas las cosas que han participado de impureza deben ser purificadas. Cuanto mayor que sea la impureza, tanto mayor tiene que ser la purificación. Esta es la razón por la que solamente determinada clase de líderes pueden manejar el muerto, purificar los objetos o las personas que han estado en contacto directo con el difunto o con sus pertenencias.
Por ejemplo en estos casos los habitantes Cabecar designan 4 personas para que se encarguen de los servicios fúnebres. La primera persona es denominada Jo, esta persona envuelve al muerto y cualquier otra manipulación que sea necesario, hay también un ayudante que denominan Bikaklawa, la función de este líder puede ser la misma del Jo pero solo si es necesario pues él está en segundo lugar en estas funciones pero no menos importantes que el Jo pero además de estas posibles funciones el Bikaklawa es el encargado de repartir la comida todas las personas presentes en el funeral. Estos dos hombres tienen cada uno una mujer que les ayuda, la ayudante del Jo es denominada Jo tami y la ayudante del Bikaklawa es denominada Namaitami. Estas dos señoras se encargan de cocinar hierbas para purificar al Jo y Bikaklawa así como a alguna otra persona que esté impuro por haberse contaminado con el muerto.
Para algunos indígenas todas las almas van a donde Sibö – todas van al dominio subterráneo, compuesto por cuatro mundos: uno para las enfermedades, otro para el dueño o los protectores de los animales, otra para la gente y otro para los espíritus malignos. El viaje final lo describe un jawa en su canto, como un viaje lleno de incidentes, en que el alma tiene que pasar pro ríos peligrosos donde acechan los lagartos, por entre grandes serpientes que le disputen el paso, por altos cerros que tiene que pasar, pero se deleita con hermosos pájaros y con mariposas de bellos colores que le alumbran su camino para llegar a salvo por fin al país de Sibö. La vida espiritual está concentrada en la persona del Jawa por ser el intermediario entre el individuo, la comunidad y el mundo sobrenatural. La importancia del Jawa depende de su poder mágico, del control que ejerce sobre los espíritus. El Jawa cura los enfermos, adivina los sucesos futuros de los individuos y de la comunidad, controla los fenómenos atmosféricos, maneja lo impuro, o conduce las almas de los difuntos hasta la morada final. Convirtiéndose en animal ejerce la función de hechicero. El poder del Jawa descansa en la habilidad que tiene de comunicarse con los espíritus. La comunicación se realiza a través de ciertos atuendos especiales, tales como los bastones, las sonajas, los tambores, el fuego sagrado y especialmente las siá - las piedras sagradas. 1.
1. Referencias: “Religión y Mágia entre los Indios de Costa Rica de Origen Sureño”, Aguilar, Carlos H., 1965.

Las siä: piedras adivinatorias de los Bribris

El estudio sobre diversas tradiciones de las etnias bribris y cabécares de Alta y Baja Talamanca ha ocupado la atención de múltiples investigadores durante varios años, en mi caso, especialmente en lo que a tradición sobre vivienda y simbolismos se refiere realicé varios libros y artículos junto con el antropólogo Fernando González. Sin embargo, otros estudiosos como María Eugenia Bozzoli, Marcos Guevara, Laura Cervantes, Rafael Ocampo, Alvaro Dobles, Fernando Trejos entre otros, han dado importantes aportes en varios campos que nos esclarecen previamente para comprender mejor la complejidad y riqueza de estas culturas. Desde los mitos hasta la problemática ambiental y económica, se va tejiendo una compleja red de aspectos que ofrecen una gran cohesión global en las creencias y tradiciones de estos pueblos


Varios amigos como los awapa* Don Francisco Figueroa, Don Francisco García, Don Arturo Morales Pita e informantes claves como Alí Segura, Hernán Segura, Mario Nersis, Alvir Morales, Severiano Fernández y otros nos han suministrado no sólo su apoyo sino que se han dado a la tarea de acompañar y enriquecer con sus propias investigaciones de campo los diversos aspectos que nos ocupan. Pronto algunos de ellos también estarán publicando sus propias conclusiones, lo cual nos llena de satisfacción, pues quién más que ellos pueden comprender mejor a sus propios pueblos bribris y cabécares y la sabiduría de sus ancianos.

Este pequeño aporte se origina en algunos aspectos y fundamentos investigados durante varios años. Debemos de tener en cuenta que las piedras oraculares o adivinatorias son apenas uno de los aspectos que nutren toda la tradición terapéutica de los médicos aborígenes talamanqueños de Costa Rica, cuyas tradiciones se remontan a milenios.

Las siä: piedras oraculares o adivinatorias
Como veremos, esta tradición no es exclusiva de estos pueblos de América, en prácticamente todas las latitudes no sólo de éste sino de otros continentes se les concede gran importancia a las piedras de diversa procedencia:

"…las palabras de Orfeo, que cita Plinio: "La tierra negra produce el mal..., pero al propio tiempo produce el remedio para cada mal. De la tierra proceden pues toda clase de piedras en las que podemos encontrar un poder prodigioso y vario. Todas las ventajas que representan las raíces, también las ofrecen las piedras. Las raíces tienen fuerza inmensa, pero las piedras la poseen aún en mayores proporciones. La tierra las crea incorruptibles y jamás envejecen..."

Conocidas como piedras mágicas, adivinatorias, oraculares o curativas las siä son los aliados indispensables de los awapa que aún subsisten en las montañas y los bosques tropicales del sureste de Costa Rica. Las siä constituyen los "diplomas de graduación" cuando se ha terminado todo el proceso de aprendizaje y el iniciado ha pasado todas las pruebas que lo capacitan ya para el ejercicio profesional respectivo.

Los sukias (awapa), tienen diversas piedras utilizadas para combatir diferentes enfermedades, y el número varía de 5 hasta 10 aunque lo más corriente es que tengan cinco, según ellos, cada una se utiliza de manera diferente, y una de ellas es la que más se usa, tanto para el bien como para el mal, para defender al sukia de cualquier mal o para atacar. En general lo más que tienen es de seis a ocho, algunas (son de) color blanco blanco blanco con un diseño, tal vez un diseño de canasta, un diseño de alguna cosa, un animal, hay otras que pueden ser cafecitas, pero tal vez con una marca en la mitad y todo ello tiene significado, hay otro que es blanco pero dentro de ellos hay masculino o femenino, hay hombre y mujer, entonces muchas veces, hay siä que es especial para curar la mordedura de culebra, hay otras siä que las utilizan los malos sukias para matar a otro, o echar maldad, o quitar a una persona de donde vive, todo eso, entonces hay siä para cada cosa, y entonces hay una siä que sirve para todo, que puede curar gripe, que puede curar reumatismo, que puede curar danta, que puede curar todo todo, entonces así, ellos tienen la siä y una misma siä puede servir para todo, pero algunos sukias grandes tienen una siä para solo maldad, y son también de color blanco pero don Francisco dice que Sibú*** los dejó sólo para hacer el bien (aunque) hay algunos sukias que lo utilizan para hacer maldad."

"Se cree que todos los sukias que tienen siä como don Francisco, (las heredaron) del hermano mayor o del tata de él, que fue sukia y cuando se murió dejó eso antes, las fueron a buscar en el valle de la Estrella, no sé en que parte, es una quebrada pequeña y tiene como lagunas y van y llevan un montón de maíz en el agua, y al siguiente día van y ahí están todas las siä, eso es para pedir siä. Se cree que es una imagen muy poderosa, que es el mismo Sibú que le ayuda a los sukias a conseguirlas, por eso las siä no se pueden dejar solas, si las dejo aquí en la mañana, en la tarde ya no están, se van, se voló, se perdió."

"Hay otras siä que vienen de otras partes, por allá de Panamá en Yorkín o en Teribe, de esas partes que siempre se consiguen y algunas siä son encontradas en animales, dentro de la carne, entonces esas siä que se consiguen por ejemplo en una danta es especial para llamar danta, especial para curar la enfermedad de danta**, así un venado también puede llamarse con ella, en donde hay más es en la danta y en el venado".

Las siä se constituyen en poderosas "antenas" de concentración energética que el awá (o sukia) emplea como vimos para diversos fines, tanto benéficos como maléficos según lo relatan. Como son de diversa procedencia, aquellas que provienen de animales, o sea son algún tipo de cálculo o besoar, son especiales para atraer, y ejercen una fuerza casi hipnótica sobre los animales de la especie de la cual se extraen. Según nos refieren desde la antigüedad en Europa eran también utilizadas o se había observado su poder.

"Esta tradición es universal. La piedra, materia fija y sólida por excelencia, es el término normal de la cristalización de las fuerzas mágicas. La meditación actúa y "concretiza" el ser imaginado y solidificado en piedra. Del mismo orden son los gamahez, célebres en otro tiempo. Esta palabra viene del árabe kamao (relieve). Eran figuras humanas, animales y vegetales que se encontraban dibujadas naturalmente en las piedras... Alberto Magno cita una piedra con la marca natural de una serpiente, la cual atraía a todas las serpientes hacia el lugar donde se encontraba...".

Según otros informantes talamanqueños, en efecto, algunas siä son sacadas de la carne de distintos animales y ellas son utilizada para atraer a los animales de esa especie con el objeto de cazarlos.

"Hay piedras que traen la buena suerte para pescar o cazar. Otras sirven para adivinar el futuro o para ayudar al curandero a conocer la enfermedad de un paciente. El sukia pone su bolsita sobre la mano del enfermo y le dice que las piedras pueden moverse o cambiar de color para dar informaciones"

Si buscamos información de otras latitudes veremos que en la Europa Medieval los bezoares tenían una gran importancia por sus conocidas propiedades curativas.

Según el diccionario de la lengua española: "Bezoar: m. Concreción calculosa que suele encontrarse en las vías digestivas y en las urinarias de algunos cuadrúpedos, y que en la Edad Media se consideró como antídoto y medicamento".

También se llaman bezoáricos los medicamentos contra las enfermedades malignas.

"Bezoar, nombre que se ha dado en Europa a las concreciones líticas engendradas en el cuerpo de los animales, cuyo valor mágico es de tradición universal. El bezoar se forma en el estómago, en los intestinos, en la vejiga (cálculos) y a veces en la cabeza de algunos animales... a esta clase de piedras se les da nombres que recuerdan a los animales de los que proceden. Los indios jíbaros y carrelos utilizan las concreciones estomacales de tucán, el powis y el pavo salvajes para dibujarse signos en el rostro antes de salir de caza. Se las llama jukka o misha, y los indios les atribuyen el poder de atraer a los pájaros por la ley mágica de la simpatía."

Como vemos, esta costumbre tan arraigada no sólo en los indígenas de Costa Rica sino en otras partes de América es también un arquetipo que existía en Europa y otras latitudes desde hace centurias.

En la terminología médica actual, se llama bezoar a los conglomerados de pelos que se extraen de los intestinos de algunas personas que tienen la negativa costumbre de comerse el pelo, y ello va creando un "taco" en sus intestinos; sin embargo no creemos que este tipo de bezoares sea al que se refieren nuestros informantes indígenas, sino a los que más bien son conocidos como cálculos, verdaderas formaciones de cristales de calcio u otras concreciones de sustancias que se encuentran tanto en humanos como en animales.

La tradición china también conoce los bezoares. "El flujo y reflujo de las fuerzas del yang y del yin transforman todas las cosas; lo que escapa de ellas se endurece..."

Las piedras curativas en Guanacaste
Aún en regiones como las del Pacífico seco de Costa Rica en donde existían tradiciones más ligadas a Mesoamérica, a pesar de que prácticamente no hay en la actualidad indígenas que conserven la mayoría de los rasgos culturales, hemos encontrado relatos que demuestran una tradición aún viva con elementos muy similares a los que emplean los indígenas de la Alta Talamanca, que se relacionan con la Tradición Sudamericana.

Según el Sr. Pedro Pablo Pérez (c.p., 18-2-92), indígena de Matambú en la región del Pacífico seco de Costa Rica, su abuelita Feliciana Pérez narraba sobre un viejo curandero de Matambú que curaba utilizando unas piedras blancas, según ella cambiaban de color y se movían cuando los pacientes llegaban para ser curados de sus padecimientos.

Cada piedra servía para cosas diferentes y se veían figuras dentro de ellas.

La anciana quien murió hace ya 13 años y tenía 93 de edad contaba varias anécdotas acerca de esos poderes curativos de las piedras.

Pedro Pablo, quien es vecino de esta región "chorotega" sumamente transculturada, narra que él tiene tres de estas piedras muy "lucias" (pulidas); son un poco ovaladas, según él dos provienen de tumbas indígenas y una tercera fue extraída por su arado cuando labraba la tierra. Hemos podido constatar que algunas de estas piedras son similares a los llamados "pulidores" empleados por las ceramistas de Guaytil de Santa Cruz en Guanacaste, Costa Rica, para dar el acabado final a sus piezas.

Según otro informante, José Joaquín Solano, asistente, quien nos acompañó en algunas de nuestras giras de investigación, él tuvo ocasión de estar en la región indígena de Matambú en Guanacaste y visitó a un curandero de apellido Bejarano. El curandero le entregó algunas hierbas y bebedizos para un mal que le aquejaba y José le entregó a cambio una piedra redondeada que le había sido donada en otra ocasión por un awá de Talamanca.

"El curandero impresionado ingresó en la vivienda en donde permaneció unos diez minutos, preparando un bebedizo de color café, que le ofreció en un vaso viejo de plástico; luego de un pequeño bolsito morado con varios colores en el cierre, sacó una piedra achatada de unos tres o cuatro centímetros de diámetro, con su mano derecha la observó un momento frente al fuego, un minuto tal vez, para luego mojarla con el agua tibia. De inmediato la introdujo en su boca y luego al sacarla la tomó de nuevo en su mano derecha y comenzó a soplarla y a susurrarle mientras la tenía en el puño semicerrado. Le hablaba en una lengua desconocida y en voz muy baja, luego mirando hacia el techo la soplaba de nuevo y luego la colocaba en su oído durante unos diez minutos. Luego apretándola en las yemas de sus dedos y hacia arriba se la mostró e inclinándola la mojó dos veces en el agua caliente. De inmediato, giró la mano hacia abajo y la puso en mi mano derecha; de inmediato y cerrándomela, dijo: ¡cuídela!.

Este relato nos refleja la persistencia de tradiciones muy antiguas en zonas muy transculturadas del país, sin embargo, también nos permite reflexionar sobre el paralelismo existente entre los chorotegas mesoamericanos, con los talamanqueños, predominantemente de tradición sudamericana, que durante ciertas festividades y visitas rituales, intercambian sus piedras adivinatorias con otros colegas; sin embargo, existen en la actualidad algunos requisitos para poder transmitir o adquirir las siä, ya que no debe ser cualquier persona quien tiene acceso a ellas.

"El curandero puede tener cualquier tipo de piedras, pero hay dos principales. Individualmente se les llama kúsuwa o dikuswa, sorkuswa o sorkusuwa. Semejan pequeñas piedras de río y se las encuentra a veces en las tumbas precolombinas. Hoy día las piedras le son "dadas" o se le aparecen al curandero en ocasiones especiales, o le son transmitidas como una herencia sagrada por un colega quien asimismo ha de pertenecer al mismo clan. Cuando un curandero muere, si él no desea dar sus propias piedras a un profesional joven, su hermano o el clan las conserva hasta que aparezca un nuevo doctor que tenga necesidad de ellas".


* Awá: chamán, sacerdote-médico, hombre de conocimiento.
** Enfermedad de danta es aquella que contraen los que no guardan las dietas, abstinencias o preceptos establecidos para la cacería o el consumo de este animal.
*** Sibú = deidad creadora.
Fuente:
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Conmemoración de la muerte del indígena "Jefe de las Lapas" Suinsi Pabru Presbere

Fuente: MNICR  | 01/07/2011

San José, 1 jul (MNICR) - El Cacique de Suinsi Pabru Presbri, conocido con su nombre castellanizado de Pablo Presbere (Pa-Bru significa "Jefe de las Lapas"), cumple 301 años de haber muerto ejecutado por los invasores españoles, en Cartago, el 4 de julio de 1710, después de haber sido sometido sin misericordia a torturas. Su cadáver fue decapitado y su cabeza exhibida en un mástil.

El "delito" de Pablo Presbere, fue luchar contra el pago obligatorio de tributos a los españoles, el despojo de las tierras indígenas, la libertad, la identidad, la dignidad, la cultura, la espiritualidad, la cosmovisión, y la defensa de la soberanía y autonomía de los pueblos.

Injustamente el Estado-Nación no reconoce a Pablo Presbere, como héroe nacional. Sin embargo, simbólicamente, el miércoles 19 de marzo de 1997, la Asamblea Legislativa lo declaró "Defensor de la libertad de los Pueblos Originarios". Y el 4 de julio es declarado el Día Nacional de Pablo Presbere.

Con profunda tristeza vemos que las causas de la lucha y muerte de Pablo Presbere, tienen absoluta vigencia 301 años después, en pleno siglo XXI. Existe una negación práctica del Estado-Nación de reconocer los derechos de los pueblos indígenas a pesar de la existencia de legislación nacional e internacional al respecto, legislación que se somete a interpretaciones antojadizas, se continúa con el despojo de las tierras como un tributo obligatorio de los indígenas para el desarrollo del "país", sin que les importe la desaparición de las culturas y sus pueblos, situación que se expresa en casos de megaproyectos como el PH Diquis, y sutil o abiertamente se niega la aprobación del Proyecto de Ley de Desarrollo Autónomo de los Pueblos Indígenas, Expediente 14,352 que tiene 17 años de tramite en la Asamblea Legislativa.

En conmemoración del 301 aniversario de la muerte de nuestro héroe Pablo Presbere, ratificamos nuestra firme convicción en la lucha por la promoción y defensa de los derechos indígenas, por la propiedad y tenencia de la tierra, los recursos naturales y de la biodiversidad, la aplicación del consentimiento previo, libre e informado, las formas propias de vida y gobierno indígena, la cultura, la cosmovisión, y la autonomía de los Pueblos Indígenas de Costa Rica.